martes, 22 de marzo de 2011

ENFERMEDADES DEL PULMÓN




Como ya hemos visto, el tamaño de los pulmones es grande y su trabajo es difícil y además tremendamente duro. Es muy importante que cuidemos nuestros pulmones y los tratemos bien.
Existen algunas enfermedades que pueden afectar a tus pulmones. Cuando se toma aire para respirar, los microorganismos pueden entrar en los pulmones. Algunos de estos microorganismos, como ciertos virus y bacterias, producen enfermedades como la tuberculosis y la neumonía; estas enfermedades no son muy frecuentes y suelen afectar a personas mayores haciendo que su respiración sea difícil.
Algunos niños pueden padecer una enfermedad pulmonar que se llama asma. En el asma, la respiración es también difícil porque el bronquio se cierra. Es frecuente que los bronquios se cierren debido a una alergia. Los niños que padecen asma a veces respiran con dificultad y al respirar emiten un sonido parecido a un silbido. A veces, pueden estar un rato tosiendo mientras sus pulmones intentan eliminar lo que les está irritando.
Otras enfermedades del pulmón en las que se afectan los bronquios son la bronquitis y el enfisema.
Algunos adultos sufren enfermedades pulmonares debido al trabajo que realizan. En el pasado, muchas personas que trabajaban como mineros inhalaron polvo del carbón. En algunas fábricas, los trabajadores inhalaron polvo de asbesto o de algodón. Muchos de estos trabajadores enfermaron por las partículas invisibles de polvo que habían respirado y que se habían depositado en sus pulmones.
Hoy en día, el riesgo más importante para los pulmones sanos es el tabaco. Fumar puede causar una enfermedad llamada cáncer de pulmón que está producida por las sustancias químicas que existen en los cigarrillos. Cuando las sustancias químicas se inhalan, viajan hasta los alveolos y afectan a sus delicadas paredes. Cuando las células pulmonares se dañan, sus funciones se alteran y pueden multiplicarse sin control y formar un tumor. La presencia de un tumor hace que la persona no pueda respirar adecuadamente. Como hemos visto, en el cuerpo existe una estrecha relación entre el aire que circula —el sistema respiratorio— y la sangre —el sistema circulatorio, lo que significa que el corazón de los fumadores corre también el riesgo de ser afectado por el tabaco.

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