martes, 22 de marzo de 2011

Y ....EL AIRE ¿CÓMO FUNCIONA EN NUESTRO CUERPO?

¿CUÁNTO AIRE PUEDES INTRODUCIR DENTRO DE TU CUERPO?
Cuando corres notas que el tórax se mueve mucho más rápido que cuando estás sentado. Esto se debe a que tus pulmones tienen que trabajar más duramente y necesitas tomar más aire de lo normal. Un adulto sano puede utilizar de 3.500 a 5.000 mililitros de aire cuando está haciendo ejercicio. ¡Cuando está sentado esta cifra disminuye aproximadamente a solo 150 o 200 mililitros! Tus pulmones son elásticos y saben cómo expandirse.
¿QUÉ OCURRE CON EL AIRE DENTRO DE TU CUERPO?
Acabamos de descubrir que cuando respiramos tomamos aire del exterior. El aire puede entrar en tu cuerpo a través de la nariz o de la boca. Desde aquí, viaja por un tubo que va desde la parte posterior de tu garganta hasta los pulmones. Este tubo se llama tráquea. Antes de entrar en los pulmones la tráquea se divide en dos tubos más pequeños, los bronquios. Cada bronquio se divide a su vez, dentro de los pulmones, en otros más pequeños. Por su parecido a las ramas de un árbol recibe el nombre de árbol bronquial. Para hacerte una idea, imagina los bronquios dentro de tus pulmones como dos árboles colocados hacia abajo con las ramas más grandes dividiéndose en ramas más pequeñas y estas a su vez en ramitas que se dividen de nuevo en otras más pequeñas. Al final, los tubos son realmente muy finos y estrechos. Estos tubitos tan estrechos se llaman bronquiolos y terminan en unos sacos diminutos llenos de aire que se denominan alveolos. Si pudieras extender las paredes de todos los alveolos de tus pulmones, estos cubrirían una superficie de cerca de 93 metros cuadrados. ¡Casi el tamaño de media pista de tenis!
¡En el alveolo es donde termina la primera parte del viaje y donde empieza la magia! Dentro del alveolo el aire empieza realmente a trabajar y su trabajo es mantenerte vivo.
¿QUÉ ES EXACTAMENTE EL AIRE Y POR QUÉ TU CUERPO LO NECESITA?
Tú respiras probablemente unas 20 veces cada minuto. Si juegas o corres muy intensamente puedes llegar a respirar hasta 80 veces por minuto. Pero, ¿qué esta pasando dentro de tu cuerpo con todo este aire?
¡Aquí es donde sucede algo un poco más difícil de entender! Cuando hablamos de aire estamos hablando de una mezcla de varios gases. El aire que inspiras está formado sobre todo por dos gases invisibles llamados oxígeno y nitrógeno, y por un tercero que existe en una cantidad muy pequeña y que recibe el nombre de dióxido de carbono. Tu cuerpo necesita el oxígeno del aire para poder funcionar. Cuanto más rápido te mueves, tu cuerpo trabaja más y necesita más oxígeno.
¿QUÉ OCURRE CUANDO EL OXÍGENO LLEGA A LA SANGRE?
Aquí es donde el corazón y la sangre que bombea entran a formar parte de este mágico proceso. Recuerda que el aire que respiras ha realizado un viaje increíble hasta alcanzar los alveolos que están en el interior de tus pulmones. Existen cerca de 700 millones de alveolos. Casi pegados a cada alveolo están los capilares sanguíneos. Los capilares sanguíneos son los tubos más pequeños que transportan sangre en tu cuerpo. Entre los alveolos y los capilares sanguíneos se produce un intercambio de gases.
Debido a que las paredes de los capilares y de los alveolos son muy delgadas y muy finas, el aire de tu alveolo puede salir y pasar a la sangre de tus capilares mediante un proceso que se llama difusión. ¡El aire pasa literalmente a través de las paredes! El oxígeno, uno de los gases que hay en el aire del alveolo, atraviesa la pared del alveolo y se queda en la sangre de los capilares sanguíneos. A su vez, en la sangre hay dióxido de carbono que tu cuerpo necesita eliminar. De modo que, inteligentemente, tu cuerpo encuentra una forma de deshacerse del dióxido de carbono. Lo envía hacia el alveolo. Allí, junto con los otros gases que forman el aire, el dióxido de carbono realiza el camino de vuelta hacia el exterior. Primero recorre los bronquios y después asciende por la tráquea, para por fin salir del cuerpo cuando se expulsa el aire al respirar. De este modo, tu cuerpo se ha deshecho del dióxido de carbono que no deseaba. Al mismo tiempo, la sangre de los capilares sanguíneos, que ahora es rica en oxígeno, vuelve hacia el corazón. Tu corazón bombea esta sangre hacia todas las células de tu cuerpo, que de esta manera reciben el oxígeno que necesitan para vivir.
El proceso se repite cada vez que respiras. ¡Es increíble pensar que tienes 700 millones de alveolos que están intercambiando oxígeno con los capilares sanguíneos unas 20 veces por minuto durante toda tu vida! Solo hay una palabra que describe todo este magnífico proceso, respiración.


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